Finanzas personales: breve curso para mejorar la salud de tus finanzas

Curso de finanzas personales
Con este artículo, queremos ofrecerte las claves que te permitirán mejorar la salud de tus finanzas personales. Dependiendo del volumen de tu patrimonio, los conocimientos que necesites para gestionar tu capital pueden ser más o menos extensos.
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A continuación describimos aquellos aspectos generales, a modo de breve curso de finanzas personales, que te podrá ayudar a establecer medidas y objetivos a corto, mediano y largo plazo.

Mejorar tus finanzas personales es posible

Finanzas personales

Muchos profesionales disfrutaron hasta el 2010 de una excelente situación económica. Algunos fueron capaces de desarrollar su trabajo muy cerca de su casa. El crecimiento de los ingresos era constante, adquiriendo una capacidad de endeudamiento cada vez mayor debido a la necesidad de colocar créditos de los mercados financieros.


Pero todo ello derivó en  que, en la mayoría de los casos, se hiciera una planificación financiera personal de manera intuitiva, sin pensar en lo que se tenía. Así pasó, excepto en algunos casos, en el caso de ir a la Notaría para firmar una compra y venta de una primera hipoteca. Se hizo sin planificación.

Hoy todo ha cambiado: compañeros, amigos y familiares desempleados, o que comienzan a trabajar de nuevo, o que han perdido una gran parte de su poder adquisitivo en estos últimos años. Además, es normal que nuestro aumento de deudas no se vea reflejado en un crecimiento del valor patrimonial de nuestros inmuebles.¡Pero hay que seguir adelante!

El principal activo de tus finanzas personales es tu capacidad intelectual

La parte más importante de nuestro patrimonio es, sin duda, nuestra capacidad intelectual, que en el curso de nuestra vida nos generará recursos que luego se transformarán en propiedades físicas (bienes raíces, activos financieros, etc.). Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es gobernar intelectualmente nuestra salud financiera.

El concepto de salud financiera, pese a que en nuestro país no es muy común, está generalizado en el mundo de habla inglesa. Y frente a una economía global incierta como la que vivimos, es mejor anticiparse a los acontecimientos en el americano o en Alemania, como se explica en los siguientes 5 consejos para mejorar tu salud financiera.

  1. Mejor invertir que gastar. El dinero no solo está para gastarlo, sino para producir más dinero. No malgastes el capital sin sentido: siempre que puedas, invierte en algo productivo, como metales preciosos, oro, plata e incluso puedes comenzar una red de mercado propio.
  2. Aumenta tus ingresos. La salud financiera depende mucho menos de los gastos que de los ingresos. Reducir los gastos sin un aumento de los ingresos rara vez mejora nuestras finanzas. La clave es tratar de buscar la manera de aumentar nuestra actividad para aumentar los ingresos. Esto no significa necesariamente trabajar más: a veces, puede ser sinónimo de diversificación.
  3. Toma decisiones para actuar ahora. No se trata de esperar a que vengan tiempos mejores. Una mala planificación financiera en el pasado lleva a una actualidad que requiere tomar la iniciativa. No tengas miedo a afrontar nuevos retos o a hacer cosas nuevas. La vida es progreso, conocimiento y, sobre todo, movimiento.
  4. Piensa siempre en grande. Podemos esperar a que las cosas se pongan difíciles para actuar y, entonces, lo estaremos haciendo por necesidad. Sin embargo, proyectar sueños, deseos, planes, nos lleva a actuar por gusto, de ahí que pensar a lo grande y plantearse nuevos retos nos motivará para actuar de inmediato.
  5. Aprende y no dejes de aprender cosas nuevas. La sociedad que te rodea no se detiene aunque los individuos, a nivel personal, lo hagan. Para no quedarse atrasado, es necesario aprender cosas nuevas en cada momento. Para ello, establece unas cuantas horas a la semana para aprender aquello que consideres oportuno. No dejar de aprender despierta nuestro espíritu creativo y ello nos da más recursos para enfrentarnos a nuevos retos.

Ahorro, inversión y endeudamiento

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Para realizar una planificación financiera adecuada, antes debes comprender una serie de conceptos que, en ocasiones, se dan por sabidos. Son coneptos sencillos, pero que contienen matices importantes.

 

El concepto de patrimonio

Nuestro patrimonio neto es la diferencia entre los activos y pasivos. Pero, ¿qué significa esto? Por partes:

Nuestros activos son la suma de lo que tenemos y de lo que podemos generar. Se componen de inmovilizado (cuentas bancarias, bienes raíces, activos financieros etc.) y bienes futuros o potencialmente realizables (herencias, donaciones, menores activos a cargo… y sobre todo nuestra propia capacidad individual para generar riqueza). Podemos evaluarlo de muchas maneras: el verdadero valor, el valor de mercado o simplemente para realizar estimaciones.

Nuestros pasivos son lo que reconocemos como deuda y que no hemos satisfecho todavía. Todo el mundo piensa en la hipoteca, pero también se necesita incluir cualquier crédito (incluyendo el saldo de las tarjetas) o las facturas no adelantadas. Hay que añadir aquellos pasivos que pueden transformarse en deuda, como garantías personales o garantías que hemos proporcionado.

El ahorro

Considera guardar esa parte del patrimonio que tienes en el corto o mediano plazo para enfrentar los gastos seguros y extraordinarios con respecto a nuestro balance financiero regular (la diferencia entre ingresos y gastos). Mi opinión es que deberías incluir un fondo de emergencia, que incluyera, por ejemplo, parte de lo que queda por amortizar de tu hogar, o los gastos periódicos previstos para el futuro (la carrera, una boda, un viaje, etc.).

Es importante ir acaparando este ahorro desde el principio de la vida profesional, e introducirlo en productos rentables, como podrían ser las letras del tesoro.

La inversión

Aquella parte del patrimonio neto tangible y que no forma parte de los ahorros, puede ser considerado patrimonio invertido. Esta parte de la liquidez también puede depositarse en una entidad a plazo fijo, pero debes tener en cuenta que el rédito que te dará este tipo de depósito no es comparable al que te puede dar otro tipo de producto financiero. Dependiendo del riesgo que estás dispuesto a afrontar, puede generar un ingreso adicional nada despreciable. Eso sí: hay que evaluar el riesgo de la inversión y obrar en consecuencia. Dormirás mucho más tranquilo mientras tu dinero trabaja por sí mismo.

La capacidad de endeudamiento

Un consejo que siempre ha sido bueno y que se olvidó durante las vacas gordas del boom inmobiliario, era el no pagar de la  hipoteca más del 30% de su ingreso neto. La mayoría de los españoles que firmaron un crédito hipotecario entre los años 2002 y 2007 no siguieron este consejo, seguramente motivados por las  prácticas agresivas de los bancos para colocar créditos.

Si haces el ejercicio de calcular tu patrimonio, ya estás listo para calcular tu capacidad de endeudamiento. Hay muchas formas de medirla, pero la más extendida es obtener el porcentaje de lo que representa el pasivo sobre el activo. Debes asegurarte de que este porcentaje no exceda de 40%, pero que tampoco sea demasiado corto porque entonces estarás perdiendo calidad de vida. El límite inferior es subjetivo y depende de cada uno y de su definición de “calidad de vida”.

En definitiva: debemos intentar reducir las deudas para mantener la mejor salud financiera posible.

Genera tu patrimonio futuro

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Hace años, en un curso de finanzas personales al que asistí, un profesor lanzó la siguiente afirmación: “Existen sólo dos momentos en la vida en los que uno puede hacerse rico: cuando naces y cuando te casas. Es evidente y palpable que todos los que se encuentran aquí han perdido la primera oportunidad. Sólo os queda una oportunidad: ¡aprovechadla!” ¿En qué situación te encuentras tú?

La mayoría de nosotros también hemos desperdiciado la segunda… por eso tenemos que estar generando riqueza, no para hacernos ricos, sino para tener una buena salud financiera.

Es obvio que generamos patrimonio si gastamos menos de lo que ingresamos, y esto sucede especialmente en dos etapas de la vida: cuando trabajamos y todavía no tenemos hijos y cuando trabajamos y los hijos ya se han emancipado. Todas las otras etapas (infancia, juventud, matrimonio, hijos, jubilación y vejez) son generalmente perjudiciales en términos de generación de riqueza.

Nuestros ingresos provienen en su mayoría del rendimiento del trabajo, están en constante crecimiento durante la vida profesional (excepto el período 2010-2015) y, por lo menos, cubren el coste de la vida. Es necesario tomar en cuenta la parte de los ingresos procedentes del mismo ahorro constante (ganancias de capital de activos financieros y bienes inmuebles que serán adquiridos durante nuestra vida). Es difícil considerar un objetivo el aumentar los ingresos que no están vinculados a las decisiones sobre tu desarrollo profesional. Te recomiendo, sin embargo, que no dejes parado el dinero que vas generando. Muévelo.

En términos de costes, es importante que hagas el desglose por tipos: vivienda, comida, ropa, salud, transporte, niños, atención personal, ocio, educación, ahorro, inversión, pago de la deuda… De esta manera se puede ver lo que son las desviaciones más importantes durante el año y podrás plantearte sobre qué naturaleza puedes fijar objetivos pequeños para reducir gastos.

El seguimiento de los gastos debe ser constante pero no obsesivo, pues podría derivar en situaciones personales desagradables. Aplica sobre tus finanzas los mismos principios que aplicarías sobre el dinero de otros si estos te hubieran pedido consejo para ahorrar.

Con unos buenos objetivos marcados, sin hacer tonterías con el endeudamiento y tratando de vivir por debajo de lo que creemos que son nuestras posibilidades, generaremos ahorro, tanto para tener un buen fondo de emergencia como para planificar la jubilación sin perder calidad de vida.

Establece tus objetivos financieros

Objetivos-financieros

Ahora ya estás en disposición de proyectar la evolución de tu patrimonio partiendo del valor actual y en función de la hipotética variación de tus ingresos y tus gastos.

Puedes fijar las hipótesis dependiendo de tu situación (soltero, casado, con hijos o sin hijoe, jubilado, etc.) y proyectar tus ingresos y gastos de cada una de sus naturalezas.

Te muestro tres ejemplos:

  1. Los salarios suelen combatir la inflación, la media futura de la cual parece ser de un 2%, pero si eres ambicioso puedes programar incrementos anuales del 5% o superior.
  2. El mercado inmobiliario ha tenido un crecimiento histórico de más de un 10% al año, excepto en los últimos 6 años, en el que ha caído al menos un 30%. Sin embargo, ahora empieza a recuperarse y a volver a su estado normalizado.
  3. En el caso de gastos escolares, hay que tener presente que desaparecerán cuando los niños terminen la Universidad.

La mejor manera de realizar hipótesis para poder ver la evolución de tu patrimonio es la fijación previa de los objetivos financieros que consideres. Voy a mostrarte brevemente algunos ejemplos de objetivos de mejora de las finanzas personales que puedes utilizar de manera combinada para que tú mismo establezcas tus propias hipótesis.

  1. Acumulación de capital: tal vez es la idea más simple, pero no la más utilizada como objetivo. Si vives al día, no la adoptes.  Pero si planeas jubilarte anticipadamente con al menos 1 millón de euros de patrimonio (meta muy común en Europa), úsala como objetivo.
  2. Eliminación de la deuda: este debe ser el objetivo prioritario, siempre que este sea superior al 40%  de tu capacidad de endeudamiento. Es por eso que necesitas planificar la naturaleza de gastos diferenciada, las amortizaciones de la deuda y el coste financiero del hecho de estar en deuda.
  3. Protección del capital sobre los riesgos: frente a la lluvia constante de quienes quieren vender seguros de cualquier tipo, no es necesario aquí explicar en qué consisten. Destaco solamente que deberíamos pensar en proteger dos cosas: a los herederos (y por lo tanto es recomendable hacer un seguro de vida que cubra al menos tus deudas) y tu capital, especialmente contra la destrucción o el robo (hogar, joyas, coches, etc.). Esto afecta en negativo a tu generación de patrimonio, pero la hace más segura.
  4. Jubilación: este tema necesita un capítulo aparte, pero haz el ejercicio de verte a ti mismo ya jubilado. Los ingresos del pensionista se apoyan en tres pilares:
    • El primero es el estado (pensiones). ¿Crees que tendrás suficiente con esto?
    • El segundo es el de los planes de empresas (colectivos). Si lo tienes, eres afortunado, pues es un producto muy poco extendido y en la época de crisis ha ido desapareciendo, pues normalmente está subordinado a la fidelización de los trabajadores, típico en épocas con mucha oferta de trabajo.
    • El tercer pilar es el que surge de tu iniciativa (planes de pensiones individuales), no necesariamente realizados en imposiciones periódicas para productos bancarios.
  5. Necesidades de ahorro específico: Tienes que prever qué gastos tendrás en el futuro y cuándo los tendrás, periodificándolos en positivo unos cuantos años antes. Ten presente que estos gastos pueden tener una influencia sensible en la evolución de tu patrimonio.
  6. Optimización de la fiscalidad: Todo el mundo sabe que la tributación puede incluso hacer cambiar el lugar de residencia, el tipo de contrato de trabajo, las decisiones de las inversiones, etc. Por lo tanto, a la hora de tener en cuenta la fiscalidad en la planificación financier también estás planificando tu modus vivendi.
  7. Planificación de las herencias y de la sucesión: sin entrar en tópicos, sabes que tarde o temprano heredarás bienes o deudas de tus padres o parientes. No planificar de manera aproximada el tiempo y los valores heredados pueden hacer menos fiable tu planificación. Por otra parte, es una buena meta plantearte qué les quieres dejar a tus herederos cuando llegue el momento.
  8. Otros objetivos cualitativos: crea un presupuesto familiar. Dando parte de tu tiempo a la acción social, a dejar de fumar o a presidir la comunidad de vecinos pueden ser objetivos no cuantitativos que pueden influir en tu planificación financiera, tienes que evaluar cuáles son importantes para ti y tu familia.

Puedes establecer metas a corto, mediano y largo plazo entendiendo que la planificación de tus finanzas personales debes revisarla periódicamente, (una vez al año, como la revisión médica). de modo que podrás ir evaluando cuál es el progreso de la misma.