La cláusula suelo: ¿todavía es efectiva la sentencia del tribunal supremo?

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El Tribunal de Justicia de las Comunidad Europea ha dictaminado recientemente que los bancos que vendieron hipotecas españolas con una cláusula de piso o "Cláusula Suelo" lo hicieron ilegalmente y ahora tendrán que reembolsar a los titulares de las hipotecas los intereses que pagaron en exceso durante ese período.
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Qué dice la sentencia del tribunal supremo sobre la cláusula suelo

Si usted o algún conocido suyo contrajo una hipoteca sobre su propiedad que contenía una cláusula de piso (Cláusula Suelo), entonces usted podría tener que reclamar miles de euros en intereses pagados en exceso.

En mayo de 2013, el Tribunal Supremo de España dictaminó que las hipotecas de este tipo eran “abusivas”, pero no se ordenó inicialmente a los bancos que devolvieran el dinero a los clientes. En abril de 2016 un juez de Madrid fue más lejos y decretó que 40 de los mayores prestamistas de España tenían que devolver a los prestatarios los intereses adicionales pagados por las hipotecas que datan de 2013.

El fallo más reciente ordenó que no debería haber un límite de tiempo sobre cuán atrás se puede reclamar y que los bancos deberían pagar todos los intereses que usted pagó en exceso.

Las cláusulas de piso imponían un límite más bajo en los pagos mensuales de la hipoteca, sin importar cuánto cayera la tasa de interés del préstamo, y a menudo estaban ocultas en lo profundo de los contratos y sólo se abordaban en letra pequeña. Esta práctica se consideró abusiva según una sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE), que ordenó a los prestamistas devolver a sus clientes todo el dinero que ganaban con las cláusulas injustas del piso hipotecario. Se cree que unos 2,5 millones de titulares de hipotecas en España se verán afectados.

Hasta ahora, tras una sentencia del Tribunal Supremo de 2013, los bancos españoles sólo estaban obligados a anular las cláusulas de piso a partir de mayo de 2013. De acuerdo con la nueva normativa, ahora tendrán que devolver los beneficios que datan de 2009, cuando introdujeron por primera vez las cláusulas, una cantidad estimada entre 3 000 y 5 000 millones de euros.

Además de reembolsar el dinero cobrado en exceso debido a la cláusula de piso, los bancos también tendrán que pagar intereses sobre el capital. Los bancos tendrán tres meses para presentar una oferta después de haber recibido una reclamación de un cliente.

La compensación se ofrecerá en efectivo como primera opción, sin embargo, los bancos pueden ofrecer otros productos o condiciones hipotecarias, si el cliente da su consentimiento. El titular de la hipoteca dispondrá de 15 días para dar respuesta al banco, tiempo durante el cual podrá comprobar si la oferta es adecuada mediante el asesoramiento de abogados u organizaciones de consumidores.

La cuestión clave para ganar un caso es la transparencia. Las cláusulas de piso no son ilegales, sin embargo, si estaban ocultas en el contrato y el cliente no sabía de ellas, entonces hay un caso para ganar. Sin embargo, si el banco puede probar que no hubo falta de transparencia y el cliente fue debidamente informado de la presencia y consecuencias de estas cláusulas, el caso puede ser anulado.

Los tribunales españoles no dan abasto de  la gran cantidad de reclamaciones que tienen de la cláusula de piso hipotecario y otras reclamaciones relacionadas con escándalos inmobiliarios.

El Sindicato de Trabajadores de la Administración de Justicia (STAJ)  a informado que los tribunales españoles “no dan a más” debido a una gran cantidad de reclamaciones contra los bancos por clausulas ilegales sobre el suelo de las hipotecas que ha conllevado a un coste excesivo de miles de euros a los prestatarios.

El sindicato culpa a la falta de interés político el dotar al sistema de justicia de recursos y personal adecuados.

La crisis se ha producido porque varias sentencias recientes del Tribunal Supremo y del Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea han permitido a los ciudadanos reclamar a los bancos la devolución de dinero por los pagos excesivos de los intereses hipotecarios, los costes de la constitución de una hipoteca y los pagos y depósitos fuera de plan, perdidos para los promotores en quiebra.

Muchas personas pueden tener ahora motivos para presentar una reclamación y recuperar su dinero, lo que lleva a los tribunales a verse abrumados por un repentino aumento en el número de reclamaciones.

La indiferencia del gobierno sobre la cláusula suelo

Cuando se hizo evidente la magnitud del escándalo de la cláusula suelo de las hipotecas, el Gobierno estableció un proceso extrajudicial para resolver las reclamaciones, que se suponía que iba a tomar la presión del sistema judicial. Sin embargo, fue criticado rotundamente por ser demasiado favorable a los prestamistas, y desde entonces el Gobierno parece haberse lavado las manos del problema.

Mientras tanto, un nuevo estudio de una organización llamada Reclamadores ha encontrado que los prestamistas están haciendo todo lo posible para evitar pagar en el proceso extrajudicial. Según sus investigaciones, el 95% de los prestamistas no cooperan con los demandantes en el proceso extrajudicial establecido por el Gobierno.

El STAJ apeló desde el principio al Gobierno para que estableciera tribunales especiales en cada provincia que se ocuparan de esas reclamaciones, pero se hizo caso omiso de la solicitud. Por lo tanto, el sistema está ahora sobrecargado con una avalancha de procedimientos judiciales relacionados con reclamaciones hipotecarias, y sin duda también con reclamaciones de recuperación de depósitos.

“No sólo no han creado nuevos tribunales especializados, sino que ni siquiera se han molestado en hacernos saber oficialmente qué tribunales de cada provincia han sido bendecidos con la tarea de evaluar estas demandas”, explica el STAJ.

A la luz de los recientes fallos sobre las cláusulas del piso de la hipoteca, los costos de establecimiento de la hipoteca, los depósitos fuera de plan y los pagos por etapas, muchas personas ahora pueden reclamar dinero a los bancos por intereses sobrecargados y depósitos perdidos. Pero si los tribunales se colapsan bajo la gran carga de trabajo, los reclamantes exitosos pueden tener que esperar aún más tiempo para recuperar su dinero.